jueves, 29 de abril de 2010

Invasión

En estos días es noticia el asesinato de un médico por parte de sicarios supuestamente enviados por el amante de su ex mujer.

Quizá la explicación de este hecho sea mas complicada de lo que nos dicen los medios, aún así me llevó a hacer varias reflexiones:

1) Cualquiera con plata puede mandar asesinos a matarte por pensar que sos culpable de algo que le pasó a él, quizá sin interiorizarse bien sobre que pasó.

2) Las corporaciones tienen a su seguridad privada, y todos sabemos lo forros que suelen ser estos guardias, aún sabiendo que al sacarse el uniforme, son tan argentinos como nosotros.

3) Las bandas de narcos extranjeras también tienen a sus "soldados".

4) Diversas agrupaciones e instituciones nacionales cuentan con.... digamos tropas...


En resumen, estamos en manos de corporaciones, tanto nacionales como extranjeras.

Cualquiera puede armarse su pequeño ejército privado y ponerse a joderle la vida a otros.

En la publicidad de un comic que pasaban en un canal de cable hace tiempo decía: "Las corporaciones son el enemigo del futuro".

Y cuanta razón tenía......

1 comentario:

Occam dijo...

En realidad, el término "corporaciones" se aplica hoy día en sentido casi metafórico. Las corporaciones, o cuerpos sociales intermedios, provienen de las formas sociales estamentales propias de las comunidades tradicionales, en las cuales primaban los lazos sociales automáticos, y la inserción del individuo en la comunidad era plena o absoluta. Casi podría decirse que el individuo no existía, sino en tanto integrante de los cuerpos sociales intermedios (iglesia, feudo, aldea, gremio profesional), que lo contenían y le otorgaban sentido a su existencia.
Claro está, las necesidades mercantilistas devenidas del triunfo de la burguesía sobre la nobleza y el clero, "crearon" al individuo aislado y autónomo, él solito sin mayor contención, fundamentalmente desde una dimensión única y mercantilista: como consumidor y como productor de dinero; y consecuentemente atacaron hasta destruir a las corporaciones tradicionales. De tal forma, surge la sociedad igualitaria, con lazos sociales funcionales, es decir, en la cual los seres humanos interactúan parcialmente entre sí, mostrando una sola faceta de su personalidad y de su dimensión, que es la faceta mercantil. El hombre comienza a moverse, a migrar continuamente en busca del trabajo que antes estaba garantizado en su posición estamental, y que ahora es su único medio de sustento. Esas migraciones confluyen en la ciudad, modelo hegemónico de desarrollo de la burguesía (que no quiere decir otra cosa que clase social urbana). Las ciudades crecen a niveles inéditos. Pasan en años de 20.000 a 200.000 habitantes, y en décadas a 2.000.000 y luego a 10.000.000. En un mundo así todos viven con recelo los unos de los otros, temiendo el mal inminente que cualquier desconocido pueda causar, ya que no hay deberes ni de asistencia ni de solidaridad ni de afecto recíproco, como ocurría en las sociedades estamentales.
Entonces la burguesía fortalece al Estado. Le da un papel rector de casi todos los aspectos de la vida del individuo, que debería suplir la función que antes cumplían las corporaciones: a partir de entonces, es el Estado el que provee de seguridad (y ya no el feudo), de educación (y ya no la iglesia y el gremio), de asistencia ante el desempleo y de previsión social (y ya no el gremio y la solidaridad de los cofrades profesionales), etc.
Lógicamente, ese Estado multiprotector no da abasto, gasta mucho, administra mal las enormes masas de recursos, y surge entonces una clase nueva, la burocracia, destinada exclusivamente a llevar adelante la gestión de todas esas actividades que antes se prestaban espontáneamente desde la misma sociedad a través de las corporaciones.

Ahora bien, nosotros hoy día hablamos de "corporaciones" para referirnos a los grupos más o menos mafiosos que van surgiendo en el seno del mundo burgués por la ineficiencia y detracción del Estado, y que imponen nuevos códigos de conducta y nuevas reglas a sus miembros. En realidad, a esos grupos, que no tienen carácter estamentario sino trasversal, C. Schmitt los llamó "poderes indirectos", y pronosticó que iban a ser los que terminaran por apropiarse del Estado, dirigiéndolo hacia sus objetivos inconfesados, sustentándose en las herramientas de opacidad generadas por el parlamentarismo y la democracia representativa: falta de responsabilidad personal por las decisiones, falta de individualización de los responsables últimos de cada acción pública.

De esos poderes indirectos, el más tradicional y típicamente burgués ha sido la masonería, pero también la mafia, la carbonara, y modernamente, los cárteles y las grandes empresas, así como ciertos armados políticos clientelares y las ya ominosas "organizaciones sociales".

Disculpe mi celo por la precisión terminológica, pero como apreciará, la cuestión no es menor.

Mi cordial saludo.