viernes, 19 de noviembre de 2010

Mundo Orwelliano

"Instalación de cámaras de televisión para el funcionamiento del Centro de Seguridad"

Así reza el titular de un diario zonal del ignoto partido de Merlo, como ya se vió varias veces en otros periódicos.

En mi anterior empleo, había cámaras apuntadas como para ver todos los escritorios, y el dueño de la empresa podía visualizarlas vía internet.

Por razones laborales, debo visitar fábricas casi todos los días, y en pocas hay algo de privacidad.

De alguna forma, todos estamos vigilados y nuestros movimientos grabados por una cámara en algún momento del día, supuestamente con la intención de frenar el crímen.

En Facebook a veces veo notificaciones de algún fulano, amigo de amigo de algún amigo mío que publica una foto de su vida privada, y con un par de clics logro conocer aspectos de su vida.

Todavía no hay ningún Gran Hermano que nos sea visible y que cuide nuestra libertar privándolos de ella. Pero hay varias similitudes inquietantes con la novela "1984", escrita por Orwell en 1947:

- Había un ministerio encargado de que la gente viva con lo justo para su subsistencia, cualquier similitud con la destrucción del empleo genuino para que cada vez más gente dependa de la dádiva del estado, es pura coincidencia.

- Otro ministerio se encargaba de mantener un estado de guerra permanente, para que el odio de la gente se enfoque hacia afuera y no hacia adentro. Peor que esto, se procura generar divisiones en la sociedad para que haya facciones enfrentadas entre sí y no se ocupen de pensar en una sociedad mejor.

- Por último, y no menos importante, un ministerio se encargaba de alterar los registros históricos, para que estos coincidan con la historia oficial, sostenida por el estado.

Actualmente, no existen ministerios oficiales encargados de manipular, pero somos manipulados y controlados. Se nos agregan impuestos y costos para que vivamos con lo justo, se crean cada vez más divisiones sociales, y además se nos quiere hacer creer una historia manipulada y parcializada al gusto de quienes tienen el poder. No hay oficialmente un gran hermano, pero todos somos el gran hermano de todos, y con el uso de las redes sociales, ahora somos nosotros quienes proveemos alegremente la información para ser controlados.